Excursión por Hagi Okan y Onsen
Empieza el segundo día. Hoy quiero aprender historia mientras hago senderismo, así que toca poner rumbo a la ruta histórica Hagi Okan. Tomo un autobús desde Hagi y poco a poco empiezan a asomar pequeños pueblos de montaña con casas de techos rojizos. El trayecto en bus me lleva hasta Akiragi, donde comenzará mi ruta de hoy hasta la localidad de Sasanami.Este camino histórico se estableció en 1604 tras la construcción del castillo de Hagi. En aquella época el shogun controlaba a los señores feudales a través del sankin kotai, un sistema que les obligaba a viajar desde su territorio hasta Edo (actual Tokio) una vez al año.
El clan Mori habilitó Hagi Okan para acceder desde su castillo hasta el puerto de Mitajiri, situado en la actual ciudad de Hofu. Desde allí, partían en barco hacia Osaka para luego continuar el viaje hasta Edo a pie. En aquel entonces se tardaba algo más de un mes es realizar el trayecto, pero aún así, el clan Mori hacía todo un despliegue de su poder y marchaba hacia Edo con una impresionante comitiva de 1.000 personas. Sorprendentemente, esta costumbre se mantuvo vigente durante los más de 200 años que duró el período Edo.
La parte del sendero que voy a recorrer hoy pasa por el segundo paso de montaña más alto de la ruta, regalándome paisajes de montañas, ríos y naturaleza por doquier.Aparte de una sección del empedrado original que ha resistido a 400 años de vientos y nieve, a lo largo del camino también se puede encontrar los ichirizuka (hitos cada 4 kilómetros aproximadamente) y restos de las chaya, lugares de descanso indispensables para los viajeros y caballos que pasaban por Hagi Okan.
Esta sección del camino, que cuenta con una zona de descanso en el punto perfecto para tomarse un respiro, es una de las rutas favoritas de los senderistas que se adentran en esta excursión por la historia.Después de emerger de entre los árboles y el bambú por este viaje en el tiempo me dirijo al área de descanso Asahi, donde me como un mochi que me sabe a gloria mientras espero el autobús.
Mi siguiente parada es Yuda Onsen, un barrio termal que además cuenta con 6 zonas gratuitas de baño para los pies al aire libre. Desde luego, el plan suena muy apetecible después de una buena caminata.
En esta ocasión me voy a hospedar en el Matsumasa, un hotel muy bien equipado con una excelente oferta termal. Después de hacer el check-in y descansar un poco decido ir a disfrutar de las aguas alcalinas de Yuda Onsen, que tienen propiedades embellecedoras de la piel y la dejan suave y tersa. Tras hacer un circuito por la zona interior paso a probar el rotenburo (baño al aire libre), cobijándome bajo su techo de madera y su bella decoración natural. El segundo día no podría terminar mejor: después de una larga caminata por la mañana, nada como poner el broche de oro con una sesión de relax en agua termal e irme a dormir.